We’ve updated our Terms of Use to reflect our new entity name and address. You can review the changes here.
We’ve updated our Terms of Use. You can review the changes here.

IIII

from Oratorio by Oratorio

/
  • Streaming + Download

    Includes unlimited streaming via the free Bandcamp app, plus high-quality download in MP3, FLAC and more.

      $50 MXN  or more

     

  • Record/Vinyl + Digital Album

    Edición limitada 300 copias
    Vinilo Negro

    Includes unlimited streaming of Oratorio via the free Bandcamp app, plus high-quality download in MP3, FLAC and more.
    ships out within 3 days
    edition of 300 

      $500 MXN or more 

     

lyrics

Antiguamente, los cerros eran seres vivos que interactuaban con los hombres de siete oficios, leñadores, carboneros, trashumantes, campesinos, camoteros, que cuando era necesario campeaban en sus cuevas, en los recovecos de sus barrancas. A veces estas gentes duraban meses en sus trajines, entonces hacían unos cuartos de piedra chiquitos sin puerta como pa’ no guardar nada, ni siquiera culpas. Traslapaban sus andancias con las de los venados, pumas, jaguares, winduris, onzas, coyotes, armadillos, víboras, halcones, palomas, huilotas; unos animales eran espanto pa’ esa gente, otros, comida. También pastaban en esos parajes de Dios los animales domésticos, caballos, burros, vacas, cabras.
Muy allá, los montes no los cuidaba una SEMADET, una SEMARNAT, una PROFEPA, una CONAFOR, un Gobierno Estatal, Federal o Municipal. Lo cuidaban los pueblos. Como primeros interesados en su conservación, se “amaestraban” en su experiencia de cómo hacerlo con rotación de potreros de pastoreo, rotación de lugares de siembra, guardarrayas, además, contaban con la ayuda de los herbívoros salvajes y domésticos que segaban a diente y pisadas la potencial masa combustible, no dejando que la vegetación creciera.
Ahora se cuidan los bosques desde una oficina regida por personas que sólo por el Google Maps conocen el cerro del que se trata.
“Los cerros empezaron a arder después del viernes santo” dijo Pedro, y así continuó por espacio de dos meses, con intervalos cortos sin fuego, de dos, tres días a lo más. Las consecuencias desastrosas: miles de árboles y animales desaparecidos, miles de hectáreas arrasadas sólo en Juanacatlán. La autoridad fue rebasada por el siniestro; todavía el ayuntamiento, ni nadie ha dado un informe de las medidas que se tomaron para apagar, o mejor dicho, para no apagar el fuego atroz. Hace tiempo se contaba con las gentes del lugar para atajar fuegos, y tal vez sólo los que viven en el campo, en los pueblos, puedan compartir su palabra. Es importante que se escuchen las voces “sin autor” de los pobladores de una tierra que le hacen todo lo posible por matarla. Tener brigadas es muy necesario, pero son mejores las brigadas como antes, de voluntarios, de gente del pueblo, que defiende la tierra que legítimamente le pertenece y a la que pertenece, algunos con sobrada experiencia en este tipo de sucesos y conocedores del terreno, algo absolutamente esencial.
Hubo un incendio en el campo de tiro de Juanacatlán; haciendo labores de limpieza los socios-cazadores prendieron fuego a la maleza, con la presencia de un carro-bomba y personal del municipio precisamente para prevenir, se inició la quema a las 2.00 PM. Cosa que no debía permitirse por norma, además en ese horario y las condiciones del terreno después de 20 minutos es imposible apagarlo. Se arrasaron cientos de hectáreas.
Esta larga historia de la sistematización continua del error debería apartarse del espejismo de la política de los de librito, y escuchar las líricas voces olvidadas de los ancianos del pueblo para poder ver la amplitud del problema. Antes se quemaban los cerros... ¿Por qué se quemaban menos hectáreas que ahora? Sin medios, sin motobombas, sin personal. ¿Por qué los cerros se han convertido en pólvora?
La respuesta es sencilla: los bosques eran limpios, mucha gente comía del cerro, había una pequeña economía que mantenía más o menos equilibrado el ecosistema. Los bosques de encinos, palos colorados, robles, pochotes, y más, crecían grandes en muchos lados; se aprovechaba su madera y sus frutos, además, creaban esos paisajes naturales salvajes que la gente disfrutaba... se daba una relación más directa con el entorno.
Esto desapareció y surgió un problema inaudito: la fragmentación del territorio por carreteras, la industrialización de la agricultura, deforestación para la siembra de especies invasivas, aguacate, maguey, agricultura de postre, blueberries, arándanos, zarzamoras, la simple deforestación, la galopante urbanización que rellena antiguos arroyos, parcela los montes, los territorios.
Pa' remachársele a uno el clavo, los pueblos sufren prolongadamente un ataque político e ideológico. Las comunidades son escenarios de una lucha contra la autonomía local y la propiedad comunal por parte del estado centralizador. Las leyes son cada vez más contrarias a los derechos y faltan a la justicia distributiva. Promueve la privatización de las tierras, la propiedad individual, el interés particular, y el afán consumista y logrero.
Simulando una cultura responsable y respetuosa con el medio quieren más áreas protegidas, espacios naturales que forman parte del aburguesamiento del bosque. ¿Las ANP cuidarán la naturaleza? Serán reserva para unos cuantos, convirtiendo sus servicios ambientales gratuitos en algo caro. Como es el caso de los pueblos de la Barranca del Río Santiago, Ixcatán, donde sus pobladores tienen prohibido agarrar agua o bordear los arroyos, para regar sus árboles centenarios y abrevar el ganado, despojando así a sus habitantes de sus medios de subsistencia.
En la historia del paisaje natural se han borrado los perfiles humanos, campesinos, leñadores, pastores, vaqueros. Dentro de poco sólo quedarán los letreros de las áreas gestionadas. Es así como el espíritu de conservación protege la naturaleza deshabitada. Lugar donde podremos ir sólo como visitantes autorizados. Se acaba lo comunitario. Los bienes inconmensurables, esos que no tienen función dineraria, que soportan la vida de los pueblos, será algo exótico... casi como de museo.
El fuego destruye la nueva naturaleza interpretada que son las áreas protegidas. Poco podrán hacer los que su trabajo previo fue la desruralización del campo, al que siguen considerando “tierra de nadie”. La conservación que se promueve desde las Secretarías, oculta la verdadera pesadilla de los estados que son los bienes comunes y la auto organización. Poco podrán hacer biólogos, técnicos y los mejores profesionales para recuperar el rostro perdido de una sociedad en paz con su entorno, si su método de conservación va separado de la vida social. Sólo nos queda contar con nosotros mismos, frente a esta encrucijada, y aprovechar cualquier oportunidad para poner freno a esta cultura del desierto.

credits

from Oratorio, released April 2, 2020
Andrés Aguilar: Batería
J. Audirac: Lectura
Armando Castro: Guitarra Española
Homero González: Serrucho

Enrique Enciso: Texto

license

all rights reserved

tags

about

Oratorio Jal., Mexico

Oratorio es una forma arquitectónica, una forma musical o simplemente puede entenderse como un punto de oración, de esta manera una estación de radio es también un oratorio, un espacio de comunicación comunitario.
En Oratorio se inicia el discurso musical con la palabra, la memoria de un territorio común, de ríos, bosques y playas que se destruyen para beneficio de unos pocos.
... more

shows

contact / help

Contact Oratorio

Streaming and
Download help

Report this track or account

If you like Oratorio, you may also like: